TEMA 2 - El MCER para las lenguas. Objetivos, métodos y prioridades de la política lingüística europea
Buenas tardes, chicos y chicas.
En esta segunda sesión de vuestro blog favorito, hablaremos del MCER -”¿Del quéeeee?”- Diréis algunos. Del MCER, cuyo acrónimo significa Marco Común Europeo de Referencias para las Lenguas.
Esta idea, que suena a claxon (probad a decirlo en vuestra mente dos veces seguidas) fue diseñada por el consejo de Europa a iniciativa del gobierno federal suizo en los 90, con la colaboración de profesores de idiomas de toda Europa.
Uno de los objetivos de este enorme proyecto lingüístico se centra en clarificar a las instituciones educativas que evalúan las competencias lingüísticas de los estudiantes o profesionales, los baremos a seguir de una forma unificada para todos los países de la Unión Europea.
Así, este marco, se podría utilizar tanto en la enseñanza como en la evaluación de competencias en todos los ámbitos, incluido el laboral. Para evaluar estas competencias, el MCER señala qué serías capaz de hacer en cada nivel de destreza en un idioma, por ejemplo, con un nivel A1 sería capaz de “Reconocer palabras y expresiones muy básicas que se usan habitualmente, relativas a mí mismo, a mi familia y a mi entorno inmediato cuando se habla despacio y con claridad” y así con el resto de destrezas y niveles. Con lo cual, podríamos decir que el MCER es un estándar europeo, utilizado también en otros países, que sirve para medir el nivel de comprensión y expresión oral y escrita en una determinada lengua.
Los niveles que el Marco Común Europeo de Referencia establece son seis niveles comunes de referencia para la organización del aprendizaje de lenguas y homologación de los distintos títulos emitidos por las entidades certificadas. Estos niveles se dividen en bloques de tres (nivel básico/principiante, medio/intermedio y avanzado).
El sistema de niveles de referencia se corresponde con los seis estadios que atraviesa el usuario de cualquier lengua a lo largo de su proceso de aprendizaje. A1. Acceso, A2. Plataforma, B1. Umbral, B2. Avanzado, C1 Dominio Operativo Eficaz y C2. Maestría. En este enlace os dejo las destrezas adquiridas que supone cada nivel y muchos más detalles de interés.
De esta manera, el MCER, por un lado, describe lo que tienen que aprender a hacer los estudiantes de lenguas para poder utilizar una lengua para comunicarse, y también los conocimientos y destrezas que tienen que desarrollar para poder actuar de manera eficaz.
Por otro lado, el docente dispone de los medios adecuados para reflexionar sobre su propia práctica, poder ubicar y coordinar sus esfuerzos y asegurar que éstos satisfagan las necesidades de los alumnos y alumnas.
Y así, cual Santo Grial, la influencia del MCER se ha extendido por todas las instituciones educativas de idiomas europeas, tanto públicas como privadas. Fuera de Europa la cosa es distinta, aunque algunos países de América Latina como Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Uruguay y Perú lo han adoptado. Seguidamente, aquí tenéis un informe sobre el estado de la lengua inglesa en América Latina. que es del año 2016, pero que sirve para hacerse una idea orientativa sobre cómo está el estado de las cosas en ese continente.
Y ya llegados a este punto, en estas imágenes que siguen podéis ver las equivalencias del MCER con diferentes lenguas:
Por eso es destacable reseñar la importancia del MCER para estandarizar unos baremos de validez internacional y así poder evaluar el conocimiento y dominio de un idioma, sea en el ámbito académico o laboral, aunque en este último no estén tan familiarizados con los niveles que propone el marco.
Como curiosidad, si queréis saber qué nivel tenéis en un idioma a través del MCER, tenéis las posibilidad de hacer un examen estandarizado por internet, teniendo varias opciones a elegir (simplemente googleando un poco ya aparecen las diferentes opciones, pero aquí tenéis un ejemplo).
Aunque el MCER no es tan brillante e inmaculado, ni apreciado por todo el mundo. También tiene sus detractores, que le achacan un exceso de niveles y una especie de desajuste interno, ya que existe una amplia diferencia entre un estudiante de subnivel B1 y otro de un subnivel B2, pero ambos están englobados en un nivel B. Esto hace que los docentes tengan que detallar con minuciosidad en qué consisten esas diferencias entre los subniveles para diseñar sus lecciones y evaluaciones. Sin embargo, el Marco Común Europeo de Referencia para las lenguas se ha convertido en la base de la enseñanza de idiomas. Gracias a él, el docente dispone de unas valiosas herramientas que le permiten realizar los ajustes necesarios para aplicarlo en su contexto institucional y para adaptarlo al alumnado según sus necesidades y características.
Para concluir, es de recibo destacar que la implantación del MCER ha supuesto un paso más en la unificación de los países europeos, ya que todos tienen ahora un marco común de referencia al que atenerse y así poder evitar la disparidad de criterios. La contribución de este sistema se convierte así en uno de los elementos fundamentales de la Europa común a través de la educación.
¡Hola, Jesús!
ResponderEliminarEs un gusto leer entradas como la tuya, que pese a tratar temas tan densos como este, resultan amenas e incluso divertidas. Reconozco que no pude evitar soltar una que otra carcajada con alguna de tus ocurrencias.
Respecto a lo que dices del MCER (es verdad que suena un poco como una bocina jajaja), la información que aportas es tan completa que poco más puedo añadir. Algo que sí me gustaría saber es qué opinas tú de su difusión entre el alumnado. Me explico: me da un poco de vergüenza confesarlo, pero pese a haber estudiado varios años en la EOI y a haberme graduado en Traducción e Interpretación, confieso que no había oído hablar del Marco hasta que se nos enseñó en esta asignatura. ¿Crees que quizá los estudiantes de idiomas deberíamos estar más familiarizados con él? Yo opino que saber ciertas cuestiones que se recogen en el marco, harían que el aprendizaje de lenguas fuese una ascensión más concreta, que permitiría establecer unas metas más definidas, ¿no? Por ejemplo, sabiendo que es lo que deberías saber comunicar para tener tal o cual nivel, o qué tipo de textos deberías entender. Creo que el alumnado que no conoce el MCER tiene una visión mucho más abstracta de los niveles de competencia lingüística. ¿Opinas lo mismo que yo?
Un abrazo, Jesús.
¡Y enhorabuena otra vez por tu entrada! :)
¡Buenos días, Julia!
ResponderEliminarDe vuelta ya en el blog después del empacho navideño, me alegra muchísimo que mi entrada te haya sido amena.
En cuanto a lo que propones y preguntas en tu comentario, estoy de acuerdo. Realmente deberíamos como estudiantes tener alguna noción y conocimiento más profundo del MCER como elemento y guía para tener un objetivo lingüístico más “real”, por así decirlo, en nuestra mente. Es decir, conociendo lo que el MCER propone, podemos tener más claras las metas a adquirir según nuestro nivel en una lengua.
Un abrazo enorme y gracias otra vez por tus palabras, Julia.
P.D.: no sabes lo que me ha fastidiado no poder comentar tu maravillosa presentación. Desde aquí animo a todo el que lea este comentario, a buscarla y emocionarse con ella.